Marcelo Guajardo; de La riqueza de las naciones. Inédito. 2018
La apertura de nuevos mercados.
El arte de la
negociación es un talento escaso
Volver a las
palabras adecuadas para dar con aquella que
Presiona suavemente
y coloca una piedra imperceptible
En el torrente para
llevar agua a tú molino.
El interlocutor cae
sin notarlo en incongruencias
Que lo llevarán al
abismo de la desaparición. El negociador
hábil sabe en qué
momento atacar y conseguir.
Usa la fábula de la
gacela y el león
La usa como un
mantra.
Y así se abren los
mercados como flores al amanecer
el bien es
depositado en una urna de oro
Y llevado como un
redentor hasta los confines.
La conquista de una nueva fuente de
materias primas.
Y está la fuente,
el recurso que corre como ríos en el alma
De la piedra o el
mar. En el corazón de la montaña, en el fondo
cenagoso de aquellos
ríos turgentes de la tierra. Y está el negociador
Y su palabra como
quilla en el torrente. Y está la ambición
Como la mandíbula
de una hiena. Como todas las mandíbulas de las hienas.
Y está el tránsito
de los bienes, los antiguos y los nuevos
Por los mares y a
través de los continentes, hollando praderas
Desaguado exclusas.
La creación de un nuevo monopolio
o la destrucción de uno existente
La
ola disuelve en su insistencia cada roca, cada guijarro
Y
regresa a su matriz donde descansa y se purifica. Un movimiento
avanza
como el alma noble de los animales, la naturaleza
encuentra
la forma de su destrucción y nacimiento.
Pero
se nos hace invisible este ir y venir. Nuestra carne
Se
queja de ira, deseo, la prematura añoranza mientras
las
estaciones y las estrellas se persiguen y se desintegran.
Organizamos
los anaqueles día tras día. Los numerales de alabastro
Gráficos,
índices como gemas. Un viento se aproxima.
Una
manada emerge del mar, los árboles caen desde sus cuencas
marejadas
arrasan la tierra, gansos salvajes recorren los pedregales.
Un
extenso campo de trigo se nos aparece en sueños
La
brisa lo mese con suavidad
grandes
y luminosas nubes avanzan tranquilamente.
Una
deliciosa música se oye en la lejanía.
La
flauta dulce que alguien sopla oculto en el follaje.
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